En septiembre de 1615 tres balleneros vascos naufragaron en el fiordo Reyhjafjördur, a causa de una fuerte tormenta. Los supervivientes se dividieron en varios grupos. La tripulación de dos barcos, con cerca de 50 marineros, llegó a Vatneyrira y pasó allí el invierno. Los 32 restantes fueron víctima de la persecución organizada por el gobernador Ari Magnússon. Sólo uno de ellos sobrevivió; los demás fueron asesinados con gran brutalidad.
El programa del programa conmemorativo del IV centenario de la matanza de balleneros vascos en Islandia, patrocinado por la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Gobierno de Islandia y organizado por el Instituto Vasco Etxepare, la Asociación Vasco-Finlandesa, el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno y la Cátedra Barandiaran de la Universidad de California, Santa Bárbara, acaba de terminar. El programa ha estado protagonizado por un congreso internacional sobre este acontecimiento histórico, el más completo de los tres que se han realizado hasta la fecha, tras los celebrados en Islandia en 2006 y en Santa Barbara, California, en 2011.
El congreso de Reykjavic hizo volver la vista atrás tanto a vascos como a islandeses para analizar lo acontecido en 1615: la sociedad de aquella época, la forma de trabajar y organizar el trabajo, la representación literaria, las leyes y confrontaciones… La cita ha congreagado a 25 investigadores internacionales de siete universidades de Europa y EEUU: científicos, biólogos, historiadores, escritores… Sus aportaciones han demostrado que la relación entre los balleneros vascos y el pueblo islandés duró cerca de 100 años, y que fue mucho más fructífera y enriquecedora de lo que se creía.
